En la película tan singular y climática de Alberto Gracia, el desasosiego se filma de una manera única y estupenda. La trama se desarrolla en Ferrol, un lugar en crisis perpetua que se convierte en un personaje más de esta historia pesadillesca. El protagonista, quien ganó un concurso pero nunca recibió su premio, regresa a su ciudad natal para encontrarse con un entorno tan devastado como él mismo. Los laberintos emocionales, la extrañeza y el desamparo son elementos que impregnan toda la narrativa, mostrando la dificultad de levantarse cada día y la lamentable falta de atención a la salud mental.
Las imágenes de archivo hábilmente utilizadas en la película, traen ecos del pasado del protagonista y de su ciudad, exacerbando su penoso presente y el reencuentro con unos orígenes poco benevolentes. La luz parece ausente en esta historia, dejando sólo destellos efímeros que iluminan brevemente su existencia. La película logra transmitir de manera impactante los matices más oscuros y recónditos de una crisis personal en un entorno también en crisis, mostrando la desigualdad y la dependencia a través de una narrativa diáfana y directa.
Los paisajes destrozados de Ferrol se convierten en el telón de fondo de esta historia que busca retratar la profundidad del desasosiego. La película nos adentra en ese espacio emocional ruinoso, llevándonos a perder la noción de la realidad y sumergiéndonos en la complejidad de los conflictos internos del protagonista. La mirada se vuelve introspectiva, obligándonos a enfrentarnos a la desolación y a la carga del pasado que pesa sobre el presente.
A través de una narrativa visual impactante y una dirección precisa, Alberto Gracia logra sumergir al espectador en un mundo desolador y perturbador, donde se refleja el dolor y la angustia de una existencia marcada por la adversidad. La película destaca por su capacidad para plasmar de manera cruda y honesta la lucha diaria del protagonista, quien se ve obligado a enfrentar sus propios demonios y a encontrar su lugar en un entorno hostil y desolador.
«Desasosiego» se presenta como un retrato fiel y desgarrador de la lucha del individuo contra las circunstancias adversas que lo rodean. La película logra transmitir de manera magistral la complejidad de las crisis personales en un entorno marcado por la decadencia y la desolación, dejando una profunda impresión en el espectador y generando reflexiones sobre la fragilidad y la resistencia del ser humano ante la adversidad.