En la carrera por el Oscar, se ha desatado una polémica con la revelación de que The Brutalist, dirigida por Brady Corbet, ha utilizado Inteligencia Artificial de forma prominente. Esta decisión ha generado debates sobre la integridad artística del filme, especialmente al emplear IA generativa para los diálogos en húngaro de los actores Adrien Brody y Felicity Jones, así como en el diseño de edificios ficticios en la escena final. Este hecho podría afectar sus posibilidades de ganar un premio interpretativo en los Oscar, lo que representa un conflicto preocupante para la industria del cine.

La controversial utilización de Inteligencia Artificial en producciones cinematográficas no es un caso aislado. En el pasado, grandes éxitos de taquilla como Furiosa: de la saga Mad Max y Alien: Romulus han sido criticados por el uso de IA, lo que ha suscitado preocupaciones sobre el impacto en los puestos de trabajo y las implicaciones legales de esta práctica. Sin embargo, existen figuras influyentes dentro de la industria cinematográfica que han alzado su voz en contra de la IA, defendiendo la importancia del trabajo artístico realizado por seres humanos.

En este contexto, el estreno de Memorias de un caracol en España este 31 de enero, el segundo largometraje de Adam Elliot, se presenta como un ejemplo de resistencia a la presencia de la IA en el cine. Esta película de animación en la técnica de claymation ha recibido elogios y reconocimientos, y su mensaje final en los créditos, que proclama que la película ha sido realizada por seres humanos, constituye una firme declaración a favor del trabajo artístico libre de interferencias tecnológicas.

El gesto de Elliot se suma a la posición de otros cineastas como Scott Beck y Bryan Woods, conocidos por su película Heretic, quienes han declarado públicamente que no utilizaron IA generativa en la realización de su obra. En una entrevista, expresaron su preocupación por la creciente influencia de la IA en el arte y subrayaron la importancia de iniciar conversaciones sobre el impacto ético y humano de esta tecnología en la industria del cine.

Beck y Woods enfatizan que la preservación del toque humano en el arte es esencial y advierten sobre el peligro de que la IA reemplace progresivamente los trabajos creativos. Asimismo, destacan la importancia de la participación activa de la industria cinematográfica en la regulación y limitación del uso de la IA en las producciones, subrayando la responsabilidad de los estudios y productoras en este ámbito.

La reflexión sobre el impacto ético y artístico de la Inteligencia Artificial en el cine es un tema que sigue generando debate y que requiere una mayor atención por parte de los involucrados en la industria. Las decisiones que se tomen en relación con el uso de la IA en el ámbito cinematográfico tendrán implicaciones a largo plazo en la creatividad y la integridad artística de las producciones, por lo que es fundamental seguir explorando y discutiendo este tema de manera crítica y reflexiva. Si deseas mantenerte al tanto de las últimas noticias sobre cine y series, te invitamos a suscribirte a nuestra newsletter para recibir todas las novedades.