El terror náutico es un subgénero que parece resistirse a abandonar sus raíces, manteniéndose fiel a su pilar narrativo, la maldición en alta mar. Sin embargo, algunas de sus producciones más representativas han optado por seguir los caminos de la exageración del nuevo siglo, alejándose de la coherencia de sus historias. ‘La maldición del Queen Mary’, la nueva película de Gary Shore, es un ejemplo de esta tendencia.
La cinta nos sitúa en el transatlántico Queen Mary, escenario de una trágica matanza en 1938, y nos presenta a Anne y Patrick, fotógrafos que buscan descubrir los misterios que rodean al barco. Sin embargo, su travesía se ve truncada por eventos inexplicables que los llevan al corazón de la maldición de la embarcación.
El director Shore se aventura en un juego peligroso al tratar de entrelazar historias paralelas con extrema precisión. Por un lado, la trama ambientada en el presente se centra en la crisis de pareja de Anne y Patrick, mientras que en paralelo, se nos presenta la historia de una familia de clase baja infiltrándose en una cena de tripulantes de primera clase en 1938.
A través de estas historias, Shore explora temáticas como la saturación de la información, la influencia de las corporaciones en la contemporaneidad tardocapitalista, y la tecnología, entre otros aspectos. Sin embargo, estas decisiones estilísticas, si bien reflejan el punto de vista del director, pueden resultar poco atractivas para el espectador.
Mientras que la historia del pasado rezuma sustancia cinematográfica, con un estilo más inspirado y un montaje cuidado, la narrativa del presente se apoya en el susto fácil y las peculiaridades de la tecnofobia del horror japonés. Este contraste revela una mayor lucidez en la historia del pasado en comparación con la del presente.
A pesar de sus aciertos en el tratamiento del terror y la expresividad del director, el tramo final de la película resulta confuso y poco llamativo. La falta de coherencia en las causas entre la trama del presente y el pasado, así como la incoherencia en los giros de guion, contribuyen a anular toda la elaboración narrativa de la película.
En resumen, ‘La maldición del Queen Mary’ es una película que, a pesar de sus esfuerzos por explorar distintos aspectos y tratamientos del terror, pierde su rumbo en su tramo final. Aunque cuenta con elementos destacables, como la expresividad del director y el tratamiento de las escenas de terror, la película no logra mantenerse cohesionada hasta el final.