El impacto de Netflix en la forma en que consumimos televisión ha sido innegable. Desde que en 2013 revolucionó la pequeña pantalla con el estreno de House of Cards, el gigante del streaming ha cambiado para siempre nuestros hábitos de consumo. La propuesta del ‘binge-watching’ se ha convertido en la marca distintiva de la plataforma, ofreciendo a los usuarios no solo una amplia variedad de contenido, sino también la posibilidad de devorar series en cuestión de días o incluso horas.

Con el surgimiento del ‘binge-watching’, la forma de disfrutar del entretenimiento televisivo ha experimentado una notable transformación. Netflix impuso un modelo de producción desenfrenada y rápida, y los espectadores respondieron devorando temporadas enteras en el menor tiempo posible. Así, la expresión «Netflix y manta» se popularizó, reflejando la práctica de sentarse a ver una nueva temporada completa de una serie favorita en poco tiempo, solo para olvidarla cuando una nueva novedad llegara a la plataforma.

Sin embargo, a pesar del indiscutible éxito de este modelo, también ha tenido sus contrapartidas. La fugacidad con la que las series son consumidas se traduce en una rápida desaparición del contenido en la memoria del espectador, así como en una efímera cobertura mediática y presencia en redes sociales. En contraposición, las series que se estrenan semanalmente alargan la conversación, generando noticias y reacciones durante semanas.

Ante esta realidad, Netflix ha optado por cambiar su estrategia, implementando modelos híbridos de emisión para lograr una mayor perdurabilidad de sus series. La plataforma ha dividido las temporadas recientes de sus series de mayor éxito en dos partes, buscando así mantener el interés y prolongar su presencia en medios y redes sociales, así como fomentar la revisión de la primera parte antes del estreno de la segunda.

No obstante, no todas las series se benefician de esta nueva estrategia. Aquellas producciones que están orientadas a un consumo rápido y superficial, como «Emily en París», podrían perder su atractivo al ser lanzadas en dos partes, puesto que su contenido no invita a la revisión ni a la reflexión.

Es evidente que la forma en que consumimos series ha evolucionado, y las plataformas de streaming están constantemente buscando el modelo de emisión que se ajuste mejor a las necesidades de sus espectadores. Mientras algunas optan por lanzar temporadas completas u optar por un formato semanal, otras prueban con modelos híbridos que buscan mantener el interés del público durante más tiempo.

Así, en un escenario en constante evolución, la clave para las plataformas de streaming radica en encontrar el equilibrio entre satisfacer las demandas del público y garantizar la perdurabilidad y relevancia de sus series en un mercado altamente competitivo y cambiante.