El reconocido dibujante y guionista Jules Feiffer falleció el 17 de enero en Nueva York a causa de una insuficiencia cardíaca, según confirmó su esposa JZ Holden al Washington Post. Feiffer dejó un legado significativo en la contracultura de los años 70, destacándose no solo como guionista, sino también por su trabajo en el ámbito del cómic y el cine.
Feiffer comenzó su carrera como dibujante en la década de 1940 y posteriormente firmó tiras cómicas para The Village Voice, donde abordó temas de relevancia política, como la guerra de Vietnam, utilizando un humor satírico para criticar al gobierno de los Estados Unidos. Sus viñetas luego se difundieron en publicaciones como Esquire y el New Yorker.
En 1959, Feiffer desarrolló la historia de «Munro», un niño de cuatro años que ingresa al ejército estadounidense, la cual fue llevada al cine por Gene Deitch y ganó el premio Oscar al Mejor Corto de Animación. Este éxito impulsó a Feiffer a expandir su trabajo hacia el ámbito cinematográfico, siendo reconocido también por su ensayo «The Great Comic Book Heroes», que influenció a numerosos artistas, incluyendo al aclamado director Quentin Tarantino.
A lo largo de los años, Feiffer incursionó en el teatro, logrando reconocimiento en Broadway con su obra «Little Murders», dirigida por Alan Arkin, y en el cine con la producción de «Conocimiento carnal» en 1971. Su versatilidad creativa lo llevó a colaborar en la adaptación cinematográfica de «Popeye» y en el guion de la comedia francesa «Quiero volver a casa».
El impacto de Feiffer en la cultura popular fue significativo, llegando a influir en diversas expresiones artísticas y siendo recordado por su aguda crítica social y su inconfundible sentido del humor. Su legado perdura a través de sus obras, que continúan siendo fuente de inspiración para las generaciones actuales.