El cine español se prepara para rendir homenaje a una de las figuras más emblemáticas del humor del siglo XX con el estreno de ‘¿Es el enemigo? La película de Gila’ (2024), dirigida por Alexis Morante. El filme, que llegará a los cines el próximo viernes 13 de diciembre, promete sumergir al espectador en una historia que recorre la comedia más pura y el drama más desgarrador de la Guerra Civil española.

La historia recrea los orígenes del cómico Miguel Gila, un joven madrileño que encuentra en el humor una tabla de salvación frente a la adversidad. La narrativa nos transporta al Madrid de 1936, donde un Miguel Gila adolescente vive con sus abuelos en una modesta buhardilla. El estallido de la contienda civil lo arrastra, junto a su amigo Pedro, a una realidad brutal donde sobrevivirá usando como escudo su capacidad para extraer la parte cómica de las situaciones más terribles.

Gila, considerado como el más grande humorista de la historia de nuestro país, tuvo una trayectoria como humorista que fue sin duda un recorrido por la reinvención constante. Comenzó dibujando viñetas satíricas en revistas de humor, desarrollando un estilo único que más tarde trasladaría a otros medios. Su exilio lo llevó a Argentina y Venezuela, donde continuó cultivando su arte cómico tanto en la radio como en la televisión. Su técnica más característica eran los monólogos telefónicos, verdaderas obras maestras del costumbrismo que rozaban lo surrealista.

Sin usar jamás tacos o palabras malsonantes, Gila construyó un universo cómico propio que lo consolidaría como uno de los humoristas más importantes de la historia de España.

El origen de Gila estuvo marcado por la adversidad. Nacido en el madrileño barrio de Tetuán, creció en Chamberí como huérfano de padre, criado por unos abuelos que luchaban por sobrevivir en la más absoluta precariedad económica. La dureza de su entorno lo obligó a abandonar los estudios a los 13 años, incorporándose al mundo laboral como empaquetador primero y como aprendiz de pintor de coches más tarde.

Aunque si hubo algún acontecimiento que marcó su vida, ese fue el estallido de la Guerra Civil. Con apenas 17 años Gila, que militaba en las Juventudes Socialistas Unificadas, se alistó voluntariamente en el bando republicano, integrándose en el legendario Quinto Regimiento de Enrique Líster, una unidad de élite compuesta principalmente por voluntarios y milicianos comprometidos con la causa. Su posicionamiento ideológico, basado en una defensa clara de los principios de la izquierda, marcarían a partir de entonces toda su trayectoria vital.

Durante su incursión en la guerra, los horrores bélicos lo llevaron a vivir momentos límite que estuvieron a punto de terminar con su vida. En un episodio que él mismo narraría años después, Gila fue puesto frente a un pelotón de fusilamiento por las tropas franquistas. La suerte y la torpeza de sus verdugos, alcoholizados en el momento de la ejecución, le permitieron sobrevivir.

Tras ser capturado por el bando franquista en Extremadura, Gila fue enviado de manera sucesiva a diferentes campos de concentración y prisiones. Al principio, fue internado en el campo de concentración de Valsequillo en Córdoba, más tarde en el de Zamora, donde permaneció hasta mayo del 39.

Después de la guerra, Gila fue liberado y enviado a Zamora para cumplir con un servicio militar obligatorio de cuatro años, donde ejerció como chófer de un coronel. Sus primeros pasos profesionales lo llevaron a colaborar en Radio Zamora y en el diario Imperio, vinculado a la Prensa del Movimiento. Posteriormente trabajaría como fresador en una fábrica de piezas aeronáuticas en Getafe, desarrollando una vida aparentemente gris pero llena de observación y capacidad de transformación.

Tras algunos años colaborando en revistas satíricas como humorista gráfico, el punto de inflexión en su carrera llegaría en el año 1968, cuando decidió exiliarse a Buenos Aires por motivaciones tanto personales como políticas. En Argentina encontró el espacio para desarrollar plenamente su talento humorístico, lejos de la represión franquista. No regresaría a España hasta mediados de los años 80, momento en que ya era reconocido como uno de los grandes cómicos de habla hispana.

‘¿Es el enemigo? La película de Gila’ se estrenó en cines el 13 de diciembre.