El corazón de una adolescente es un torbellino de emociones. Esto es especialmente cierto para Riley, la protagonista de ‘Del revés 2’ (‘Inside Out 2’), quien se enfrenta a un mar de sentimientos a medida que navega por la difícil fase de la adolescencia. Los creadores de la película se vieron desafiados por la complejidad y la intensidad de las emociones que experimenta una adolescente, y tuvieron que seleccionar cuidadosamente cuáles incluir en la trama. «A esa edad lo sientes absolutamente todo. En el primer visionado que tuvimos había nueve emociones. En la adolescencia, todas reclaman su sitio, estás continuamente desbordado. Me dio miedo desbordar a Alegría… y a la audiencia también», nos cuenta Kelsey Mann, director de la película, durante una visita en exclusiva a los estudios de Pixar en Emeryville, California.
Desde el inicio, el equipo tuvo claro cuáles emociones eran imprescindibles. «Ansiedad siempre estuvo ahí, era una de esas nueve, pero resultaba difícil verla entre la multitud. Desde el principio del proceso he tenido muy presentes a los espectadores. Escribí una lista entera de emociones y, tras las primeras proyecciones, no me quedó más remedio que simplificar y decidir cuáles son las que más prevalecen a esa edad», continúa el director. El proceso de selección contó con la participación de un grupo de nueve chicas adolescentes que asistían a todas las proyecciones, además de seguir principios psicológicos básicos.
Quedaron fuera de juego la culpa, la frustración, la sorpresa y el remordimiento, emociones que se consideraron igualmente importantes pero que no lograron hacer el corte. No obstante, Pixar parece estar considerando una tercera entrega de la franquicia que podría dar cabida a estas emociones excluidas. La película gira en torno a Riley y su anhelo de sentirse aceptada, especialmente al conocer a Val, la líder del equipo de hockey sobre hielo, con quien busca encajar y pertenecer. «Es el momento en el que empiezas a separarte de quienes te han cuidado hasta ahora y te tienes que cuidar tú solo. Lo único que te preocupa es encajar, sentirte aceptado y saber que no te van a echar, que encajas», explica Kelsey.
Como revela el director, el objetivo principal de la película es transmitir un mensaje de compasión y autoaceptación. Riley aprende a ser compasiva consigo misma, a quererse y a lidiar con la presión y la autocrítica propias de la adolescencia. El filme busca ser una reflexión sobre el autoestima y la aceptación personal en una etapa de la vida en la que la percepción de uno mismo y el deseo de encajar son cruciales.