Marisa Paredes, reconocida actriz madrileña, tuvo una multifacética carrera en el mundo del cine, participando en una amplia gama de producciones como películas, series y telefilmes. A lo largo de su trayectoria, la talentosa actriz demostró tener una inclinación por un papel que podría considerarse inesperado, y es que a pesar de contar con aclamadas interpretaciones en películas de Pedro Almodóvar, Paredes prefería una película relativamente modesta. Este papel se convirtió en uno de sus más importantes en su carrera, ya que formó parte de una de las películas más transgresoras y escandalosas del cine de terror español.

El papel mencionado corresponde a su participación en «Tras el cristal» (1987), dirigida por Agustí Villaronga, la cual marcó su debut como director. La película abordó temáticas escabrosas como las secuelas del nazismo, la pedofilia y el asesinato de niños, elaborando una estética con influencias de reconocidos directores del cine de terror italiano como Dario Argento y Mario Bava. Este concepto, sumado a su temática impactante, dificultó la búsqueda de actores para la película. Tal fue el caso del actor alemán Günther Meisner, quien inicialmente rechazó el papel, pero eventualmente se vio cautivado por la historia.

En esa época, a pesar de su prestigio en el teatro y en los especiales dramáticos de TVE, Marisa Paredes no era una actriz muy solicitada en el cine. Sin embargo, Agustí Villaronga estaba determinado a contar con ella para su película, por lo que se esforzó en persuadirla. Paredes recordó el encuentro con el director, durante el cual este le presentó el guion detalladamente, mostrándole cada aspecto de la historia. Este acercamiento logró convencer a la actriz, quien mencionó: «Vale, ahora veo lo que tú ves, ahora me veo en una película».

En cuanto a la trama de «Tras el cristal», revelar detalles podría restarle impacto a la experiencia de los espectadores, ya que la historia cuenta con giros impredecibles y perturbadores. Basta con decir que Paredes interpretó a Griselda, la esposa de un antiguo oficial de las SS. El filme transcurre entre la existencia claustrofóbica del oficial en un pulmón de acero y la llegada de un enfermero, desencadenando una espiral de muerte y locura que marca el destino de los personajes.

El presupuesto reducido y la necesidad de incluir actores infantiles en escenas intensas convirtieron el rodaje de «Tras el cristal» en un desafío para Villaronga. A pesar de las dificultades, la película recibió elogios por su calidad y logró ganar premios en festivales, aunque también generó controversia y fue catalogada como maldita. Esta reputación le imposibilitó su exhibición en múltiples países, e incluso provocó incidentes en festivales de renombre como el de Berlín.

No obstante, con el paso del tiempo, el filme alcanzó un estatus de culto en el ámbito del cine transgresivo, asegurando un lugar destacado en la carrera de Villaronga. Para Marisa Paredes, «Tras el cristal» fue una revelación que la convenció de la afinidad entre ella y la cámara, siendo un punto de inflexión en su carrera.