‘El último samurái’ (2003) dirigida por Edward Zwick y protagonizada por Tom Cruise, es una historia que nos lleva a la era Meiji de Japón, donde la modernización y el choque cultural son temas centrales. La trama sigue al capitán Nathan Algren, un veterano de la Guerra de Secesión contratado para entrenar al ejército imperial japonés en tácticas militares americanas. Durante una batalla, Algren es capturado por los samuráis liderados por Katsumoto, interpretado por Ken Watanabe. Al vivir con ellos, Algren desarrolla una admiración por la cultura samurái, cambiando su perspectiva sobre el honor y la guerra, uniéndose a los samuráis en su lucha final contra el ejército imperial. La película está disponible actualmente en el catálogo de Max.

‘El último samurái’ tuvo un recorrido respetable en la temporada de premios, logrando nominaciones a los Premios Oscar en las categorías de Mejor diseño de producción, Mejor vestuario y Mejor sonido, así como a los Globos de Oro en las categorías de Mejor actor en una película dramática para Tom Cruise, Mejor actor de reparto para Ken Watanabe y Mejor banda sonora original para Hans Zimmer.

Técnicamente hablando, la película destaca especialmente en su dirección de fotografía, que resalta la belleza del paisaje japonés. El diseño de producción y vestuario también juegan un papel crucial en la autenticidad del filme, recreando fielmente la época en la que se desarrolla la historia. En cuanto al reparto, Tom Cruise ofrece una actuación comprometida como el capitán Nathan Algren, mientras que Ken Watanabe brilla como Katsumoto, ofreciendo una actuación que inspira dignidad y fuerza.

Como anécdota, Tom Cruise pasó casi dos años preparándose para la película, incluyendo instrucción en esgrima y lecciones de idioma japonés, lo que le permitió representar de manera convincente a un personaje que debe integrarse y adaptarse a una cultura completamente diferente a la suya.

La crítica de Fotogramas de ‘El último samurái’ dijo que “la película de Zwick no oculta en ningún momento su condición de espejismo de prestigio: lo importante no es llegar a la emoción sino engolar la voz; lo perentorio no es servir a la historia, sino mover la cámara para deslumbrar, de vez en cuando, al respetable con una hiperrealista toma digital de la bahía de San Francisco o del puerto de Yokohama. Quien no esté rendido incondicionalmente al poderío estelar de Cruise pocos alicientes encontrará en este blockbuster épico que se sueña a sí mismo en forma de ‘Lawrence de Arabia’ y se percibe más bien como un innecesario best-seller de aeropuerto”.