The Brutalist en los premios es algo que llama la atención. Su enfoque en la artesanía de sus departamentos y su clara voluntad de grandeza, inspirada en el cine clásico, han captado el interés del público. La decisión de utilizar VistaVision como formato, algo no utilizado desde 1961, cuando se filmó El rostro impenetrable, es representativa de esta búsqueda de originalidad y distintividad. También se destaca su abultado metraje y su división en dos actos separados por un intermedio. Brady Corbet ya ha sido recompensado con el Globo de Oro a Mejor dirección, y Adrian Brody como Mejor actor.
El anuncio de las nominaciones a los Oscar se llevará a cabo este 23 de enero (a menos que los incendios de Los Ángeles exijan otro retraso) y se espera que The Brutalist consiga algunas. Sin embargo, unas controvertidas declaraciones de su editor, Dávid Jancsó, para Red Shark, podrían afectar su desempeño. Jancsó ha admitido que The Brutalist hizo uso abundante de la Inteligencia Artificial para pulir ciertos aspectos, lo que ha generado malestar en redes sociales.
La Inteligencia Artificial es un tema especialmente sensible en los campos creativos, ya que se considera que elimina puestos de trabajo y se nutre de trabajos previos. Este tema fue uno de los reclamos principales durante la pasada huelga de actores y guionistas en Hollywood. En el caso de The Brutalist, la IA se ha utilizado en campos como la interpretación de los actores y el diseño de edificios, siendo la arquitectura un tema central en la película.
El film, en particular, ha empleado el programa Midjourney para diseñar los edificios que aparecen en varias fotografías en la secuencia final, lo que ha generado cierta polémica. Además, se ha empleado el programa de IA vocal Respecher para mejorar el acento húngaro de los actores Adrian Brody y Felicity Jones, quienes interpretan a dos inmigrantes húngaros en la película. Aunque Brody habla bastante bien la lengua, sus superiores consideraron que su actuación podía mejorar.
La película tiene muchos diálogos hablados íntegramente en húngaro, por lo que se consideró necesario mejorar la pronunciación de los actores. Esta decisión ha generado cierta controversia y plantea interrogantes sobre las implicancias éticas en la industria y su impacto en la premiación de la película.
La controversia ha llevado a cuestionar si la película sufrirá consecuencias en su camino a los premios, especialmente en la temporada de premios de la Academia. Jancsó considera necesario hablar sobre la IA y normalizar su uso como herramienta, argumentando que no hay nada en la película que utilice IA que no se haya hecho antes. Se resalta que se utilizó la IA para crear detalles que se consideraban difíciles de rodar debido a limitaciones de presupuesto y tiempo. Esto ha generado un debate sobre el uso de la IA en la creación cinematográfica y ha suscitado dudas sobre el impacto que pueda tener en el futuro de la industria.
La polémica entorno a The Brutalist resalta las complejidades que surgen con la integración de la tecnología en la producción cinematográfica. Continuará generando discusiones sobre la ética y la creatividad en el cine moderno, mientras que también plantea cuestionamientos sobre la equidad y reconocimiento de las actuaciones humanas en medio de la creciente influencia de la inteligencia artificial en la industria del entretenimiento.