Santiago Segura y Marta González de Vega han logrado consolidar una fórmula que aborda sin rodeos el presente bajo el amparo del humor familiar. Esta nueva entrega de ‘Padre no hay más que uno 4’ destaca por sus viñetas que exploran el narcisismo, ansias de fama, la complejidad de la identidad y la lucha por la supervivencia en un entorno colectivo como lo es la familia. A pesar de su enfoque cada vez más hacia la comedia de situación, la película no pierde su esencia libertaria.

La cinta está salpicada de momentos agridulces, incluyendo la reconciliación con antiguos cómplices y un poso lacónico que nunca se convierte en una carga. ‘Padre no hay más que uno 4’ rinde homenaje a referentes como Masó, Palacios, Aguirre, Alan Alda y Steve Martin, logrando un cóctel de equívocos y chispeante vodevil que brinda una reflexión sobre el paso del tiempo y sus consecuencias.

Para aquellos que entienden que el humor es sinónimo de libertad de ser y sentir, la película destaca a Santiago Segura hallando su trasunto en la alargada sombra del titán Dennis Dugan. Sin embargo, cabe destacar que el filme también aborda la melancolía que subyace bajo la supuesta capa de risas.

La dirección de Santiago Segura, un reparto encabezado por él mismo junto a Toni Acosta, Loles León, Calma Segura, Sirena Segura, Leo Harlem, Neus Asensi, Sílvia Abril y Luna Fulgencio, y un guion escrito por Segura, Marta González de Vega y Juan Vera, prometen una comedia con una duración de 99 minutos que promete arrancar carcajadas y reflexiones. La sinopsis anticipa enredos y peripecias que surgen cuando, el mismo día que la hija mayor cumple 18 años, su novio le propone matrimonio, desencadenando situaciones hilarantes.

En resumen, ‘Padre no hay más que uno 4’ ofrece una propuesta fresca que no se olvida de sus raíces al mismo tiempo que experimenta con nuevas influencias, brindando una mirada honesta sobre la vida familiar y el paso del tiempo.