En medio del vasto océano Atlántico, un viaje que combina la esperanza de un futuro mejor con la leyenda de un nuevo comienzo llega a su destino. László Tóth, interpretado por Adrien Brody, abandona el interior de la embarcación para avistar la tan anhelada Isla de Ellis, punto de arribo para inmigrantes europeos en búsqueda del deseado American Way of Life. La cámara lo sigue a través de una muchedumbre, dejando al espectador sin la posibilidad de ver más allá. Esta escena representa el incierto porvenir y el caos emocional que enfrentan aquellos que comienzan con la cuenta a cero en la tierra de las oportunidades.
Brady Corbet, director de películas como ‘La infancia de un líder’ y ‘Vox Lux: El precio de la fama’, se esfuerza por retratar la Estatua de la Libertad desde diferentes ángulos. Su intención es clara: revertir la noción triunfalista del sueño americano. A lo largo de una elipsis de 200 minutos y casi cuatro décadas, László es homenajeado en la Bienal de Arquitectura de Venecia. En compañía de su sobrina, Zsófia, se muestra el legado de logros que el arquitecto alcanzó en vida, incluyendo el proyecto imposible encargado por el millonario Harrison Lee Van Buren, desencadenante de la espiral de autodestrucción obsesiva del artista.
A pesar de los éxitos y la continua creación de diseños posteriores, la película centra la discusión en torno a las expectativas y contradicciones que enfrenta el personaje principal. A medida que avanza la trama, se evidencia un progresivo declive interior de Tóth, lo cual plantea una cuestión de moralidad y la lucha contra las expectativas impuestas en la sociedad.
‘The Brutalist’, dirigida por Brady Corbet, aborda de manera cruda y realista la lucha de su protagonista, cuyas decisiones y errores marcan su trayectoria. A pesar de la intensidad de la historia, en el último momento la película opta por un giro positivo, lo que genera una legitimación de lo que en principio pretendía denunciar. Este cambio de tono plantea interrogantes acerca del costo del éxito y la moralidad en la sociedad actual.
Uno de los puntos que la película comparte con otras obras contemporáneas es el tratamiento de los personajes femeninos. Corbet no evade la problemática; por el contrario, aborda los retos que enfrentan las mujeres en su película, exponiendo las contradicciones ideológicas y la representación de los roles femeninos en la sociedad.
En resumen, ‘The Brutalist’ destaca por su capacidad para trascender la historia sobre la mayoría de las expectativas y contradicciones, pero a su vez revela debilidades en la representación de los personajes femeninos y sus contradicciones ideológicas.