Hace unos días, Nicole Kidman acudió a la gala de premios del National Board of Review, donde fue reconocida con el galardón a mejor actriz por su papel en Babygirl. Durante su discurso, la australiana sorprendió al público bebiendo un vaso de leche en honor a uno de los momentos más comentados en la película. La trama de Babygirl sigue a Romy, una ejecutiva de una compañía de robótica, que comienza un affaire con su joven becario Samuel (Harris Dickinson) para satisfacer sus fantasías sexuales de sumisión. La escena del vaso de leche ocurre antes de que empiece la aventura entre los protagonistas, cuando Samuel se acerca peligrosamente a su jefa.

La escena provocativa del vaso de leche no solo ha sorprendido a los espectadores por su carga sexual, sino que también encierra una historia real. La directora y guionista Halina Reijn reveló en una entrevista para Indie Wire que la escena se basa en una experiencia personal. Según Reijn, la leche es un símbolo maravilloso de nuestros instintos más animales, y contó la anécdota que la inspiró para esa escena.

La directora recordó una noche en la que, tras una exitosa función teatral, terminó sola en un bar en Bélgica. Un joven actor belga, bastante famoso, le pidió un vaso de leche. Este gesto le pareció cargado de erotismo, y Reijn decidió beberse toda la leche en un acto de recompensa. A pesar de que le produjo náuseas (ya que ella no consumía lácteos en aquel entonces), la directora confesó que este momento fue emocionante y excitante.

Reijn siente fascinación por la sugerencia y la imaginación en el acto sexual, explicando que lo real y sorprendente depende de lo que sucede en la mente. Para ella, la escena de Romy arrastrándose por una alfombra sucia y lamiendo caramelo en la mano de Samuel, mientras él la trata como a un animal, es sumamente sexy. Según la directora, esto es mucho más interesante que mostrar actos sexuales reales en pantalla, por lo que prefiere utilizar la sugestión y la insinuación en su trabajo.

La inspiración detrás de la escena del vaso de leche en Babygirl muestra cómo la realidad puede influir en el arte, y cómo experiencias personales pueden dar origen a momentos impactantes en la pantalla grande. Con esta revelación, la película adquiere un nuevo nivel de profundidad, mostrando que la creatividad puede surgir de experiencias íntimas y personales de los cineastas.