El cine letón ha estado durante mucho tiempo en la periferia de la industria cinematográfica internacional. Hasta el año 2024, apenas teníamos conocimiento de la presencia de producciones cinematográficas provenientes de este país. Sin embargo, con el estreno de «Flow, un mundo que salvar» en los cines de España este 24 de enero, el diminuto cine de Letonia ha cobrado inesperada relevancia. Esta película es obra del joven director letón Gints Zilbalodis, quien ya había dejado su marca con otro trabajo popular en su país, «Away».
A diferencia de las grandes producciones de animación respaldadas por poderosas compañías, «Flow, un mundo que salvar» es fruto de la cooperación entre tres compañías de tres naciones distintas: Letonia, Bélgica y Francia. Este enfoque independiente lo ha distinguido de otros títulos destacados en la animación, logrando premios sorprendentes en los Globos de Oro, los Premios del Cine Europeo, el Festival de Cine de Sevilla, el Círculo de la Crítica de Nueva York y el National Board Review.
La audacia de «Flow» no solo reside en su producción independiente, sino también en su narrativa visual: a lo largo de la historia, no se pronuncia una sola palabra. La trama sigue la historia de un gato negro que despierta en un mundo cubierto de agua, donde las especies supervivientes deben unirse para prosperar, a pesar de sus diferencias. El gato protagonista enfrenta un desafío adicional: sufre de un agudo miedo al agua.
Una curiosidad sobre la película es que el equipo de producción utilizó los sonidos reales de los animales para recrear los efectos sonoros, con la excepción del grito de la capibara, que resultó ser inapropiado y fue reemplazado por el sonido de una cría de camello. Esta singularidad en el enfoque creativo ha contribuido a la originalidad y la recepción positiva de «Flow, un mundo que salvar».
El éxito de «Flow» representa un cambio significativo en la escena del cine letón, poniendo a este país en el mapa del cine de animación a nivel mundial. Con su enfoque innovador, la película ha logrado destacarse entre las producciones más establecidas, ganándose el reconocimiento y el aprecio de los críticos y el público por igual. Esta nueva visión de la animación demuestra que el talento y la creatividad pueden florecer incluso en las condiciones más modestas, ofreciendo una experiencia cinematográfica única y emocionante para el público internacional. Sin duda, el cine letón ha llegado para quedarse, y «Flow, un mundo que salvar» es solo el comienzo de lo que promete ser una nueva era dorada para la industria cinematográfica de Letonia.