La más reciente película del director Galder Gaztelu-Urrutia, «La fiebre de los ricos», nos introduce en un mundo impactante y aterrador, donde una nueva pandemia provoca estragos entre la élite, creando una jerarquía impensable. Esta trama nos lleva a reflexionar sobre temas como la discriminación, la ética y la desigualdad socioeconómica. La presentación de la película en el Festival de Sitges coincidió con el estreno en Netflix de «El hoyo 2», la secuela de la exitosa película «El hoyo».

El director confiesa que el punto de partida para esta historia fue explorar la inmigración desde la perspectiva de alguien privilegiado, una persona que en circunstancias normales no sufriría discriminación. El papel principal recae en la talentosa actriz Mary Elizabeth Winstead, quien interpreta a Laura, una exitosa profesional que se ve confrontada directamente con la falta de ética de aquellos que buscan salvarse a toda costa.

La trama nos presenta un escenario donde aquellos afectados por la nueva pandemia se ven obligados a buscar refugio en las zonas más desfavorecidas del mundo, una situación que ofrece un reparto internacional de gran calidad, incluyendo a Timothy Spall y Jonah Hauer-King.

La premisa de la película busca cuestionar el poder del dinero y la inmunidad que otorga a algunos, planteando la idea de que esta ventaja podría convertirse en una verdadera maldición. El director señala que, más allá del humor presente en la película, su interés principal reside en exponer la tragedia detrás de estos eventos, así como cuestionar la persistente desigualdad social incluso en situaciones extremas.

Entre las curiosidades de la producción, se revela que el reparto original pudo haber incluido a figuras como Rosamund Pike, Macaulay Culkin y Daniel Brühl. Sin embargo, problemas de agenda llevaron a cambios en el elenco. Por otro lado, los síntomas de la enfermedad presentados en la película, como la sonrisa brillante, buscan reflejar la artificialidad de aquellos que tienen dinero y privilegios.

Gaztelu-Urrutia, quien mantiene una postura firme en contra de la xenofobia, revela que tuvo acceso a testimonios reales de la crisis migratoria a través de su colaboración con Íñigo Mijangos, oficial del barco humanitario Aita Mari. Esta experiencia le llevó a enfocarse en la denuncia del drama migratorio, señalando que la humanidad no parece aprender de sus propios errores a lo largo de la historia. Sigue todas las novedades sobre cine y series suscribiéndote a nuestra newsletter para estar al tanto de todas las novedades.