En Prime Video, podrás encontrar una propuesta de cine social británico contemporáneo que no te dejará indiferente. Se trata de «This is England», dirigida por Shane Meadows, una película que no solo captura un momento histórico, sino que también nos regala una historia humana y poderosa de iniciación.

Ganadora del BAFTA a Mejor film británico en 2008, la película nos traslada al Reino Unido de 1983, en plena era Thatcher, una época complicada marcada por la crisis económica, el desempleo y las tensiones raciales. En medio de este caos, conocemos a Shaun, un niño de 12 años que lidia con la muerte de su padre en la guerra de las Malvinas. La vida de Shaun cambia cuando se cruza con un grupo de skinheads que lo adoptan como uno más del clan.

Aunque la palabra skinhead pueda causar cierto recelo, hay que aclarar que originalmente, la cultura skinhead no estaba necesariamente ligada al racismo o a la violencia de extrema derecha. «This is England» retrata justamente ese momento de transición, cuando ese movimiento se empieza a polarizar y dividir.

Uno de los personajes más memorables de la película es Combo, interpretado por Stephen Graham, un tipo carismático pero absolutamente impredecible, un torbellino emocional que arrastra a todos los que lo rodean. La trama nos lleva por un viaje de amistad, identidad y radicalización, mostrando cómo el odio y el resentimiento pueden calar hondo en quienes buscan desesperadamente un lugar donde sentirse aceptados.

‘This is England’ pertenece a ese tipo de cine que no se limita a mostrar las miserias del mundo, sino que convive con sus personajes y los entiende. Es una película que respira verdad en cada escena, desde las conversaciones aparentemente triviales hasta los estallidos de violencia. Todo se siente orgánico, como si la cámara simplemente estuviera ahí, capturando la vida real.

La película funciona como advertencia sobre los peligros de querer pertenecer a algo, desvelando las dinámicas de subsuelo de la Gran Bretaña thatcherista, donde la Guerra de las Malvinas dejó algo más que bajas e infectó un inconsciente colectivo que supuraría un incendiado nacionalismo. Su trama con adolescente en busca de autoafirmación ilustra, también, la evolución (o perversión) de la naturaleza integradora del movimiento skin hacia una perturbadora retórica del odio.

Estamos ante una película incómoda, pero que también acaricia el humor desde la honestidad. Porque, al final, ‘This is England’ no va solo de política, ni de subculturas juveniles, ni siquiera de racismo: va de personas. De cómo todos, en algún momento, nos hemos sentido perdidos, solos, buscando pertenecer a algo más grande que nosotros mismos.