El director francés François Ozon estrena ‘Cuando cae el otoño’, una película que narra la relación de amistad entre dos mujeres ancianas que en su juventud trabajaron como prostitutas para mantener a sus hijos. A través de esta historia, Ozon busca visibilizar a mujeres que suelen ser invisibles tanto en la sociedad como en el cine.
Desde sus inicios en el cine de autor europeo, a François Ozon siempre se le ha etiquetado como ‘el Almodóvar francés’. Sin embargo, su obra navega entre polos opuestos y ofrece retratos complejos de los personajes femeninos, desafiando así los estereotipos de la época.
‘Cuando cae el otoño’ es un cuento moral con toques de comedia y suspense que tiene como protagonistas a dos enternecedoras ancianas que desatan una tormenta de rencillas y secretos enquistados al envenenar accidentalmente a familiares y amigos. La particularidad del filme radica en que estas mujeres trabajaron como prostitutas para mantener a sus hijos, una realidad que afecta de manera diferente a cada uno de ellos.
Para Ozon, esta película surge de la voluntad de seguir indagando en mujeres que rara vez son representadas en pantalla. El director busca mostrar que las mujeres mayores tienen un pasado y múltiples historias que contar, desafiando así la idealización de la vejez en la sociedad actual.
La película también defiende a las familias disfuncionales que se apartan de las normas tradicionales, mostrando cómo, en ocasiones, la familia elegida prevalece sobre la familia de nacimiento. Para Ozon, es importante romper con los estereotipos y mostrar a mujeres reales y complejas, alejadas de la imagen idealizada de la abuelita perfecta.
‘Cada película de Ozon parece una respuesta a la anterior que ha hecho, como si siempre buscara dar un giro diferente’, afirma el director. Aunque en apariencia ‘Mi crimen’ y ‘Cuando cae el otoño’ son filmes muy distintos, ambos comparten el tema de la sororidad y presentan personajes femeninos complejos y no idealizados.
La película también aborda el tema de la maternidad y la vida de los hijos de prostitutas, mostrando cómo algunos entienden y apoyan a sus madres, mientras que otros rechazan su pasado. Ozon revela que se inspiró en testimonios reales de hijos de prostitutas para abordar este aspecto de la historia.
François Ozon también critica los ataques que recibe el cine en Francia por parte de ciertos partidos políticos, quienes cuestionan el sistema de financiación del cine francés. A pesar de la envidia que despierta, el director defiende el modelo de financiación francés, señalando que el dinero proviene de las entradas de cine, principalmente de las películas de Hollywood. Según Ozon, la extrema derecha critica el cine porque aborda temas que les incomodan.