Hay gente que simplemente no puede pasar página. Desde su estreno en 1997 y el fenómeno que supuso en la taquilla mundial, ‘Titanic’ ha sido una de esas películas que nunca han abandonado el imaginario colectivo. En otras palabras, un clásico al que volvemos una y otra vez.

Y uno de los motivos por los que, 27 años después, regresamos a la película de James Cameron es para enzarzarnos en el debate recurrente sobre el final: ¿Cabía o no Leonardo DiCaprio en la tabla?

Hace dos años, en el 25 aniversario del film, el propio director zanjó el asunto tras mucho tiempo defendiendo el desenlace y admitió que Jack podría haber sobrevivido, conclusión a la que llegó tras realizar varios estudios científicos para un documental de National Geographic.

Y ahora, alguien más va a poder comprobarlo de primera mano, porque la tabla donde transcurre la icónica escena está en manos de una persona afortunada que se ha hecho con ella. La puerta real usada en la película se ha vendido en una subasta organizada por Planet Hollywood, y según Entertainment Weekly, el ganador o ganadora ha pagado más de 700.000 dólares (para ser exactos, 718.750 dólares).

La persona, por supuesto, permanece anónima, pero si es coleccionista de cine, digamos que ya ha encontrado una de las piezas estrella de su colección, aunque sea «solo» un trozo de madera envejecido.

En la misma subasta, denominada Treasures From Planet Hollywood Auction (Tesoros de Planet Hollywood), también se han vendido otros objetos míticos del cine, como el látigo de Indiana Jones en ‘Indiana Jones y el Templo Maldito’ o la bola de billar con la rosa dentro de Bill Murray en ‘Vaya par de idiotas’.

Los fans y coleccionistas de objetos de películas emblemáticas seguro se han dado un festín con esta subasta, ya que no solo se trata de adquirir un objeto, sino de tener un pedazo de historia cinematográfica en sus manos. La emoción y el valor simbólico de poseer estos objetos únicos no tienen precio, o bueno, en este caso, sí lo tiene, ¡y no precisamente barato!

Es innegable que el mito de ‘Titanic’ sigue más vivo que nunca, y el interés en la película y sus objetos únicos parece no tener límites. La subasta ha demostrado una vez más que el cine tiene el poder de trascender el tiempo, sumergiendo a los fanáticos en un mundo de memorias y emociones únicas que perduran a lo largo de los años.

En definitiva, la icónica tabla de ‘Titanic’ ha encontrado un nuevo hogar, y su valor va más allá de lo material. Es un símbolo de la eterna fascinación que el cine ejerce sobre sus seguidores, y una ventana al inagotable mundo de las historias que siguen conmocionando y emocionando a generaciones enteras.

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