Marisa Paredes (1946-2024) fue una actriz que se destacó por su versatilidad y su impactante presencia en el cine. Aunque muchas personas la recuerdan por sus memorables interpretaciones en los melodramas de Pedro Almodóvar, su carrera abarcó seis décadas y la llevó a protagonizar una amplia gama de producciones, tanto en cine como en televisión. Marisa Paredes falleció a los 78 años, dejando un legado cinematográfico impresionante que merece ser recordado.
La carrera cinematográfica de Marisa Paredes se inició a una temprana edad, con su debut en la película «091, policía al habla» (José María Forqué, 1960) a la corta edad de 14 años. A lo largo de su trayectoria, participó en una amplia variedad de producciones, desde dramas hasta comedias. Uno de los puntos de inflexión en su carrera fue su participación en «Ópera prima» (Fernando Trueba, 1980), donde logró captar la atención del público joven, destacándose en un elenco lleno de talento emergente.
Sin duda, uno de los hitos en la carrera de Marisa Paredes fue su participación en «Entre tinieblas» (Pedro Almodóvar, 1983), donde interpretó a ‘Sor Estiércol’ en un papel que se convirtió en un símbolo icónico dentro del universo almodovariano. Su presencia en la pantalla cautivó al público y consolidó su posición como una de las actrices más destacadas de la época.
Otro filme destacado en la filmografía de Paredes fue «Tras el cristal» (Agustí Villaronga, 1986), una película provocadora y transgresora que puso de manifiesto el talento y la versatilidad de la actriz para abordar roles desafiantes y complejos. Esta película, llena de horror y truculencia, marcó uno de los trabajos más impactantes de la actriz.
La colaboración entre Marisa Paredes y Pedro Almodóvar fue significativa, y una muestra destacada de ello fue su papel en «Tacones lejanos» (Pedro Almodóvar, 1991), donde interpretó a Becky del Páramo, una diva de la canción en un arrebatado melodrama. Esta interpretación consolidó aún más su reputación como una actriz talentosa y polifacética.
Posteriormente, la actriz participó en «La vida es bella» (Roberto Benigni, 1997), una película que, a pesar de sus detractores, triunfó en los Oscar y permitió a Paredes brillar en un papel destacado. Esta fue una de las muchas actuaciones que demostraron su destreza y versatilidad en la pantalla.
A lo largo de su carrera, Marisa Paredes dejó huella en el cine español e internacional, interpretando una amplia variedad de roles con maestría y talento. Su fallecimiento ha dejado un vacío en la industria cinematográfica, pero su legado perdurará a través de las inolvidables actuaciones que cautivaron a las audiencias durante décadas.