Netflix está revolucionando el mundo de las adaptaciones de cómics clásicos con estrenos que parecen hablar directamente al contexto actual. El eternauta de Héctor Germán Oesterheld, publicado por primera vez en 1957, ofrece un discurso sobre un mundo en el que el individualismo puede llevar al ser humano al abismo de la inexistencia, un tema que resuena en la realidad pospandémica y de crisis ecológica en la que vivimos actualmente.

Siguiendo esta línea, la plataforma de streaming también ha estrenado Astérix y Obélix: El combate de los jefes, adaptación en formato miniserie de un cómic originalmente publicado en 1964. A pesar del tiempo transcurrido, la serie sigue siendo sorprendentemente actual, gracias al trabajo de Alain Chabat, creador de la serie, guionista y codirector junto a Fabrice Joubert. Esta adaptación consta de cinco episodios de 35 minutos que logran recoger la esencia del cómic, revitalizando el material y reinventando los chistes con cuidado y gran acierto, convirtiéndose así en una pequeña joya en el catálogo del gigante del streaming.

El éxito de Astérix y Obélix: El combate de los jefes se debe, en gran medida, al formato serie que le permite aprovechar al máximo el material original. Las adaptaciones de la viñeta franco-belga suelen ser complicadas debido a la cantidad de información encapsulada en cada viñeta, pero en este caso, la serie se toma su tiempo para repensar ese espacio en blanco y revitalizar el cómic sesenta años después. Además, se benefició de la invención de nuevos personajes y subtramas, así como de la actualización de los gags, que miran hacia la actualidad política de formas sorprendentes y muy bienvenidas.

La serie también destaca por la introducción de nuevos personajes femeninos que aportan un enfoque fresco y actual. Además, aborda temas de relevancia social de manera inteligente, como la necesidad de terapia en hombres incapaces de expresar sus sentimientos, sin perder el ingenio característico de la saga. El guion de El combate de los jefes muestra un discurso contra el imperialismo que se hace eco de la actualidad, haciéndola relevante y oportuna.

El filósofo Noam Chomsky dijo una vez que destruir la esperanza es un proyecto críticamente importante para toda estrategia imperialista. En esta serie, se refleja una lucha por la supervivencia contra la hegemonía, un tema que resuena en la actualidad y que añade capas de significado a la trama.

Aunque esta no es la primera incursión de Alain Chabat en el mundo de la adaptación de cómics, su trabajo en Astérix y Obélix: El combate de los jefes destaca en comparación con sus adaptaciones anteriores. La serie logra captar la esencia del cómic de una manera que las adaptaciones live-action anteriores no lograron, demostrando que el formato animado es el más adecuado para este tipo de historias.

La adaptación también destaca por su cuidada animación, que logra captar los colores y gestos característicos de los personajes, y por ofrecer una puesta en escena repleta de detalles, chistes y guiños que hacen honor al material original. En resumen, Astérix y Obélix: El combate de los jefes se presenta como una adaptación exitosa que logra revitalizar un clásico del cómic de una forma sorprendentemente actualizada y relevante.